El final de Game of Thrones dejará estragos severos en el corazón y la mente de los fans, así como daños económicos en la economía estadounidense.
Para nadie es un secreto que cuando en la televisión ocurre un final tan cardiaco, como fue el de Lost o Breaking Bad, el mundo se paraliza. A partir de cierta hora, nadie hace nada más que prepararse lo inevitable. Adiós mensajes, llamadas, tareas cotidianas. Adiós también a la paz mental y el descanso.
Con Game of Thrones no habrá excepciones en el comportamiento de televidente. En Estados Unidos, desde el inicio de la última temporada, 14 de abril, las empresas han registrado algunos problemas. Para el lunes 20 de mayo, el escenario no es nada alentador.