Robbie Williams: recuperar el olimpo del pop



El cantante en persona será el encargado de encender, esta semana, las luces de Navidad de la londinense Oxford Street.

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Robbie Williams en persona será el encargado de encender, esta semana, las luces de Navidad de la londinense Oxford Street. Y es que la estrella del pop no deja ni un cabo suelto a la hora de preparar con el mayor revuelo mediático su regreso a las disquerías. Como sus incursiones en el programa de talentos "The X Factor", junto a su compañero de Take That y miembro del jurado Gary Barlow.

Lo cierto es que mañana sale a la venta su primer disco solista en tres años, que lleva por título un programático "Take The Crown". ¿Y con qué corona piensa hacerse Williams? "¡Con la de las estrellas del pop! La dejé apartada hace unos años. Pero ahora quiero recuperarla", anunció recientemente en el diario alemán "Berliner Kurier".

El cantante británico, de 38 años, abandonó el olimpo del pop casi voluntariamente, e incluso pensó en dejar su carrera. Y es que los últimos años no fueron fáciles: se sentía aletargado en Los Angeles, como si ya no estuviera a la altura de los desafíos que plantea el "showbusiness". Luchó contra su adicción a las pastillas, sufrió miedo escénico en su última gira, engordó y le dio por jugar al golf y ser pintor. Sin embargo, se dio cuenta de que es un pintor espantoso, como él mismo dijo posteriormente.

Tras dos álbumes de éxito mediano ("Rudebox", en 2006, y "Reality Killed the Video Star", en 2009), encontró refugio en su antigua banda de chicos Take That. Y aquella reunificación le dio el empuje que necesitaba para reactivar su carrera solista.

En el terreno privado, el antaño ídolo de adolescentes está recuperando la tranquilidad. A mediados de septiembre, su esposa Ayda Field dio a luz a su hija Theodora "Teddy" Rose. Williams ya no fuma ni bebe y ha superado su afán conquistador -lo que las mujeres agradecen-. Eso sí, aunque al sex symbol le hayan salido ya canas, coquetea con "seguir teniendo 16 años". Y en su nuevo CD se nota.

Así, la primera mitad de "Take The Crown" suena plenamente juvenil, mientras que la segunda parte es más madura e incluso sorprendente, como el tema country "Losers", que canta a dúo con la estadounidense Lissie. En conjunto, el primer disco de Williams con el sello Universal es un popurrí de temas que huelen a hit y dejan entrever los anhelos del cantante por lograr el éxito comercial de cara a las Navidades.

Entre ellos figuran el veraniego y bailongo primer single "Candy", que grabó junto a Gary Barlow, el himno pop "Different" y el rebelde y rockero "Hey Wow Yeah Yeah". Con todo, sus textos apuntan ahora hacia un tono más de padre de familia. Robbie sigue siendo un provocador, como en "Candy" o "Not Like The Others", que gira en torno a una mujer que nunca ha tenido orgasmos. En "Be A Boy" ajusta cuentas con sus críticos: "Dicen que perdí la magia". Y esa magia la irradiaba sobre todo en sus shows. De momento, no sale a la ruta desde 2006, pero a finales de noviembre ofrecerá tres conciertos exclusicos en el estadio 02 de Londres.